30 mar 2012

CONOCIENDO LA DIVERSIDAD: El cine y las personas con discapacidad ¿Recreación o Batalla?


Hace unos días, los creadores del mundo audiovisual en Venezuela celebraron la semana del cine nacional. Los centros culturales de todo el país abrieron sus puertas para la proyección  de documentales, cortos y largometrajes a todos los públicos, realmente a casi todos. Es un hecho que las personas con discapacidad quedaron nuevamente excluidas de la fiesta. Más de un incrédulo se negará a aceptarlo, pero aquí les narraré el porqué las personas con discapacidad quedaron nuevamente fuera de las celebraciones.
Por:  Dalia Sánchez-Caridad @dalitacaridad /daliasanchez@gmail.com
Barrera 1: el traslado al lugar siempre será lo primero a considerar. La gran mayoría del transporte público venezolano carece de adaptaciones para la independencia y desenvolvimiento de una persona con discapacidad. Igualmente, si se posee vehículo, deberemos cruzar los dedos para conseguir un espacio entre los escasos estacionamientos reservados por ley a las personas con discapacidad.
Barrera 2: el camino de acceso a la sala de cine no deberá tener obstáculos. Es decir, deberán existir señalizaciones, rampas y ascensores que permitan la llegada a la sala sin problemas. Obviamente, el cine deberá estar dotado de una rápida salida en caso de emergencia. ¿Alguien tiene certeza de que esto sea así?
Barrera 3: comprar entradas o comidas. Las taquillas y mostradores deberán ofrecer a las personas con discapacidad no solo atención preferencial, sino equiparada. Con esto me refiero específicamente a la altura de sus estructuras, que deberán tener un sector lo suficientemente bajo como para que alguien en silla de ruedas pueda de manera independiente hacer las compras que desee.
Barrera 4: son inexistentes en Venezuela servicios como subtítulos en películas que sean en español. Nadie se ha detenido a pensar qué debe hacer una persona con discapacidad auditiva para entender una película. Tampoco se utilizan sistemas de inducción magnética para que las prótesis auditivas funcionen a un 100%. Y mucho menos conocemos de la incorporación de sistemas de audiodescripción que incluyen a las personas con discapacidad visual.
Barrera 5: los baños son pocos y con las dimensión incorrectas,  si consideramos el alto flujo de gente. Del mismo modo, sería ideal tenerlos cerca de cada sala, para evitar traslados largos e innecesarios.
Barrera 6: sobre la ubicación para personas con discapacidad, es difícil escoger un punto de inicio. No conozco a nadie que llegue al cine buscando desesperadamente ocupar la primera fila, principalmente porque te esta obliga a una posición incómoda en la butaca. Casualmente los puestos de personas con discapacidad están en esa criminal primera fila. La solución no difícil de resolver. En vez de tener dos pasillos de escalinatas, podríamos tener uno que fuese rampa, con un ancho mayor a dos metros e igualmente ampliar el espacio entre algunas de las filas para integrar a las personas en sillas de ruedas dentro del bloque de butacas.
Ir al cine es una de las actividades de ocio más habitual. Sin embargo para alguien con discapacidad se vuelve una situación que atenta a la verdadera integración y por ende a una sociedad en la que todos tengamos cabida.

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